El Valladolid desaparecido: parte I
Como dijo Alvar Henrik Aalto, un gran arquitecto y diseñador finlandés: “No se puede crear sin destruir simultáneamente”. Por ello, para conseguir la hermosa de ciudad que es hoy Valladolid, se han tenido que derribar varios edificios, monumentos, parques, etc.
Hoy queremos desvelaros aquella belleza pasada; un Valladolid oculto, hablando de tres maravillosas construcciones:
Entre las arquitecturas desaparecidas de la ciudad, comenzaremos por el emblemático Arco de Santiago.
De estilo greco-romano, el Arco de Santiago fue construido en el año 1626 por Francisco de Praves en el lado sur de la ciudad. Comprendía de una hornacina rectangular, con una imagen de San Miguel, antiguo patrón de la ciudad, y la Virgen. A su lado un escudo con las armas de la ciudad. Se demolió en 1863 para facilitar el paso a los carruajes y las imágenes fueron enviadas a la Iglesia de Santiago Apóstol.
Seguimos con un edificio central: el ayuntamiento, aunque no el que vemos actualmente, sino el Antiguo Ayuntamiento.
La Plaza Mayor fue completamente destruida en 1561 por un incendio y con él, la Casa Consistorial. Fue Felipe II quien ordenó su reconstrucción, por el arquitecto Francisco de Salamanca en 1562 y posteriormente continuó su hijo Juan Salamanca, hasta crear un elegante edificio, con fachada toscana, grandes pasillos y numerosos balcones, en 1577.
A medida que pasaban los años se fueron incluyendo torres, lápidas, campanas hasta que en 1879 Miguel Íscar lo mandó derrumbar por su estado ruinoso, construyendo posteriormente el ayuntamiento que actualmente tenemos. Curiosamente los restos del Antiguo Ayuntamiento, se utilizaron como materiales de construcción para la cascada y estanque del campo Grande.
Continuamos con uno de los edificios con más historia de Valladolid: La Colegiata de Santa María La Mayor.
Fue fundada en 1095 por el Conde Ansúrez en los terrenos de una ermita dedicada a San Pelayo. Entre los años 1219 y 1230 se realizó su primera modificación importante, reconstruyéndose una nueva iglesia de estilo gótico de la que solo quedó la torre románica que actualmente podemos apreciar. También de aquella época se conservan unas capillas para enterramientos que forman parte del Museo Catedralicio.
En 1527 el Cabildo consideró que se había quedado pequeña, pues por los alrededores ya había otros conventos y catedrales, por lo que convocó a los mejores arquitectos y comenzó su reforma definitiva. Sin embrago, por falta de recursos y problemas de expropiaciones, las obras quedaron prácticamente paralizadas desde su inicio hasta 1589, donde se abandonó el proyecto. Su derribo se inició en el 1634 aunque se dejaron algunas dependencias útiles para su uso hasta que en 1668 se abandonó por completo, dejándonos con las ruinas que actualmente podemos ver.
Todavía nos quedan muchas paradas en este viaje lleno de historia y descubrimientos, que podemos organizar y disfrutar alojados en el Hotel Olid, por su ubicación privilegiada en el centro de Valladolid, muy cerca de estos emplazamientos históricos.