Lugares emblemáticos

Valladolid Burgués

Valladolid Burgues

El verano continúa y que mejor que salir a descubrir nuevas experiencias si además están cargadas de una bonita historia. Esta semana queremos proponeros una ruta por el Valladolid Burgués que se remonta hasta el siglo XIX, cuando la burguesía era la clase dominante. Gracias a ella, hoy en día contamos con una grandiosa colección de monumentos y sitios que visitar por nuestra maravillosa provincia.

Para empezar este viaje saldremos del Hotel Olid hasta el mercado más antiguo de Valladolid: el Mercado del Val. Se sitúa a 4 minutos por la Calle San Antonio de Padua.

Inspirado en Les Halles de París, es uno de los tres mercados de hierro cubiertos, junto al de Portugalete y el Campillo, construidos en 1878 por el arquitecto Joaquín Ruiz Sierra. Esta nave metálica volvió a abrir sus puertas a mercaderes en el 2013 pero actualmente está cerrada por obras hasta septiembre de 2016, según su página oficial. Aun así, su estructura exterior es una delicia para todos los públicos.

Por la Calle Real a unos 4 minutos, nos encontramos con una de las plazas más grandes de España, que en el siglo XIX se convertirá en el centro político, económico, social y cultural de la ciudad: La Plaza Mayor.

Destaca por estar completamente porticada, cuyos soportales yacen sobre columnas o pilares cuadrados de granito. Es una plaza muy agradable sobre todo por la sensación de amplitud que da el que las calles estén completamente abiertas al llegar a la plaza, sin ninguna puerta que impida o cierre la visión.

Dentro de la plaza encontramos dos monumentos importantes pertenecientes a esta ruta por el Valladolid Burgués:

El Monumento al Conde Pedro Ansúrez: una estatua de bronce de 1903 por cortesía de Aurelio Carretero, dedicada al Señor de la Villa. Centramos nuestra atención sobre todo en sus manos pues en su izquierda, sujeta el documento de fundación de la ciudad y en la derecha el pendón de Castilla.

La Casa Consistorial, sede del actual Ayuntamiento, es una construcción que a pesar de datar del siglo XVI ha tenido varias reformas a lo largo del tiempo y la imponente y emblemática torre del reloj es la incorporación del siglo XIX.

Ahora tomamos la calle Cánovas del Castillo y más adelante la Calle Ferrari para en unos pocos minutos estar en el Pasaje Gutiérrez.

Una galería comercial inspirada en las parisinas del arquitecto Jerónimo Ortiz de Urbina. Un proyecto realizado en la segunda mitad del siglo XIX cuyo objetivo era el de comunicar la las zonas de la Catedral y la Plaza Mayor por su rápido progreso económico.

Para nuestra siguiente parada de la ruta Valladolid Burgués podemos tomar la Calle Santiago y en 8 minutos estar en una de las plazas más transitadas de Valladolid, la Plaza de Zorrilla. En ella desembocan cuatro de las calles más importantes de la ciudad: la Calle de Santiago, la Calle de Miguel Íscar, la Acera de Recoletos y la calle de María de Molina;

Además de disfrutar de todas las actividades que suele tener esta plaza y admirar su fuente, la vista se nos irá definitivamente hasta el Monumento José Zorrilla. Construida en 1895, esta escultura de Aurelio Rodríguez Vicente Carretero, es una conmemoración del poeta romántico vallisoletano dos años después de su muerte.

Sin irnos muy lejos, la Plaza Zorrilla también es la entrada del espléndido Campo Grande. Un gran parque público que cuenta con una rica variedad de flora y fauna, así como una amplia variedad de monumentos dedicados a los personajes ilustres de Valladolid.

Probablemente el entorno de la Acera de Recoletos y la Calle de Miguel Íscar sean los mayores exponentes de la arquitectura civil burguesa de finales del XIX y principios del XX.

Y aquí finalizamos nuestra visita del Valladolid Burgués. Lo mejor de terminarla en el Campo Grande, es que volviendo a la Plaza Zorrilla tendremos la parada del autobús. Nuestra sugerencia es tomar la línea 1 hasta la Plaza Fuente Dorada y caminar por la Calle Platería hasta llegar hasta el Hotel Olid en cinco minutos, donde podremos disfrutar de una merecida cena en la terraza y de la noche en la ciudad mejor iluminada del mundo.