Ruta rural de Valladolid a Urueña
La provincia de Valladolid goza de un gran número de localidades y pueblos qué visitar, ¿te vienes de ruta?
Si algo bueno tiene Castilla y León,y Valladolid en particular, es la gran cantidad de historia y patrimonio cultural de las localidades vecinas a la ciudad. Herencia histórica que hoy podemos disfrutar fácilmente en una ruta saliendo desde el mismísimo centro de la ciudad.
Ponemos el GPS dirección Wamba, que entre otras particularidades es el único lugar de la geografía española cuyo nombre empieza por w. Está a unos 17 km. de Valladolid y atesora una riqueza histórica, cultural y artística de gran relevancia. Su nombre es de la época visigoda, el monarca Recesvinto tenía una villa de verano por estos lugares, al morir los nobles eligen como sucesor a Wamba en este enclave, que pasó a llamarse como el monarca recién elegido.
Una de las joyas arquitectónicas a destacar es la Iglesia mozárabe de Santa María que constituye uno de los escasos vestigios de arte mozárabe de la península, de la que queda una pequeña muestra. El resto de la iglesia es posterior, de hecho la ampliación se llevó a cabo por los caballeros hospitalarios (Orden de Malta). Destaca la decoración de sus capiteles con algunos motivos de tipo esotérico, en una nave lateral nos encontramos con una bóveda con forma de palmera, que ha pasado a llamarse “el árbol de la vida” y tras una puerta en la pared del claustro encontramos el Osario de la Orden de san Juan. Su datación es del S.XIII, hoy en día queda una tercera parte de lo que fue, aún así es impresionante.
Siguiendo nuestro viaje paramos en Peñaflor de Hornija, que entre otras cosa forma parte del itinerario del Camino de Santiago madrileño. Posee restos de una antigua muralla, sin embargo lo más destacable llegan a ser sus vistas desde su mirador al Valle de Hornija en el límite del páramo de los Montes Torozos. Desde el que se pueden contemplar antiguos palomares típicos de Castilla, el impresionante Castillo de Torrelobatón y unos atardeceres inolvidables.
Continuando la ruta que hemos elegido, llegamos a La Santa Espina, que también es un ramal del Camino de Santiago madrileño. Es un enclave pequeño creado alrededor de los años 50 para revitalizar la zona. Uno de los lugares destacados, es su monasterio cisterciense, que merece la pena visitar, por la belleza de sus claustros, el conjunto de sus capillas, la sala capitular…
Actualmente parte del monasterio lo ocupa una escuela de formación de capataces agrícolas. En su entorno cuenta con dos rutas de la naturaleza, en las que se puede disfrutar de la biodiversidad del paisaje, las construcciones monacales de labranza y que tienen como punto de partida y llegada el monasterio.
Finalizamos esta ruta en Urueña, de la que ya comentamos algunos de sus atractivos. Su situación la convierte en un mirador natural por su dominio estratégico del valle. La muralla que rodea la localidad, de la que se conserva gran parte, le otorga un aspecto medieval. Que se complementan a la perfección con las casas de piedra, conservadas y restauradas y que ostentan en sus fachadas los escudos de los antiguos nobles. No puedes irte de Urueña sin ver la ermita de Santa María de la Anunciada. Pero si algo hace a esta Villa especial es ser la única Villa del Libro de España. En sus librerías y sus 5 museos se puede encontrar un sinfín de publicaciones de todo tipo y actividades en torno a ellas, un auténtico paraíso para los bibliófilos.
¿Habías oído hablar de esta ruta castellana? El Hotel Olid es perfecto como punto de partida. No dudes preguntarnos cualquier duda.