Edificios históricos

El Palacio de los Vivero

Otro fragmento importante de la historia de nuestra ciudad y de toda España te espera en Valladolid. Hoy vamos a hablar sobre el Palacio de los Vivero.

Este edificio histórico se construyó a mediados del siglo XV sobre unas antiguas fortificaciones ya desaparecidas y perteneció a Alonso Pérez de Vivero, que ostentó ni más ni menos que el título de Contador Mayor del Rey de Castilla, Juan II.

En este palacio en la bella estancia llamada “Sala Rica”, se celebró, el 19 de octubre de 1469, la boda entre Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón.

La ceremonia se realizó de madrugada y con gran secretismo por lo complicado del panorama político de aquella época en la que una boda real se convertía en un asunto de Estado.

Curiosamente el enlace no tendría validez legal ya que no disponían de una dispensa papal para celebrarlo, pero el arzobispo de Toledo, que había ayudado a formalizar la unión, falsificó una bula de dispensa que afirmaba haber sido firmada por el papa Pío II.

Años más tarde Rodrigo de Borgia, convertido en el papa Alejandro VI concedería una dispensa papal al enlace entre Fernando e Isabel subsanando así el incumplimiento. Incluso, les otorgó en 1494 el título con el que popularmente se les conoce de los Reyes Católicos.

El Palacio de los Vivero acabó en manos de Isabel la Católica y decidió convertirlo en Real Audiencia y sede de la Chancillería, que hasta el momento era un órgano judicial ambulante. Para tal fin, fue reformado totalmente. Perdió de esta manera los torreones y elementos que le hacían parecer una fortaleza y también se eliminaron los elementos de estilo mudéjar.

Con los años el Rey Felipe II añadió una edificación para su funcionamiento como Archivo del Tribunal Supremo y otro para que fuera cárcel de aquellos con asuntos en dicho tribunal. Ya en 1834 el Palacio de los Vivero se convirtió en la Audiencia Territorial y por fin en el 1994 tras una nueva reforma se transformaría en el actual Archivo Histórico Provincial.
Como podréis comprobar, si visitáis la ciudad, Valladolid respira historia por todos sus rincones.

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